De aguas, vientos y alas...
En 1982 me colgué por primera unos prismáticos para ver una tarabilla común. Recuerdo aquel
día de verano como si fuera hoy. A partir de ese momento, me he sentido enganchado a las aves,
a su mundo y al de la conservación de sus espacios.
Desde los proyectos de estudio de la migración de aves marinas en Estaca de Bares, a mediados
de los años 80 del siglo pasado, los censos de aves acuáticas invernantes o el seguimiento de
determinados espacios naturales de cara a su conservación, he pasado, a finales de los 90, al
acercamiento a las aves y su comportamiento a través de la fotografía.
Todos estos años me he dejado guiar por la pasión por las aves, especialmente aquellas
vinculadas a medios marinos o acuáticos. Desde el Amazonas al Ártico, desde el Golfo Pérsico a
la costa atlántica europea, siempre respirando aires distintos y catando aguas de todo tipo.

Sobre mí:
Nacido en A Coruña en 1965 y, por lo tanto, imbuido por un marcado carácter atlántico.
Fotógrafo autodidacta, si digo que Félix Rodríguez de la Fuente tiene mucho que ver en mi pasión por la naturaleza, seguramente no estoy siendo muy original. Pero, como decimos en Galicia, “éche o que hai”. No creo que haga falta buscar más explicaciones. Todavía conservo sus publicaciones, algunas de ellas, como los Cuadernos de Campo, compradas a golpe de la paga
semanal que me daban mis padres.
Jacques Cousteau, Gerald Durrell o David Attenborough fueron también clara fuente de inspiración. Y, por supuesto, muchos de mis compañeros del Grupo Naturalista Hábitat (que me honré en presidir en su día) y de la Sociedad Española de Ornitología.
Hoy, alejado de la “ornitología activa” miro con curiosidad a través del visor de mi equipo Canon
y aprendo a diario, con cada salida de campo. Cada día vuelvo a casa con imágenes grabadas en mi cabeza que no logro ni quiero olvidar.
“Sobre mí”, debería ser “Sobre Nosotros” ya que yo no hubiera llegado hasta aquí sin la compañía, el consejo y el apoyo de mi inseparable compañero de batallas que es Fausto Infante.

¡GRACIAS!
Hay profesionales que centran sus tareas en ayudar a los fotógrafos a conseguir esas imágenes más deseadas. Que entienden de fotografía y de nuestras necesidades. Por ello me gustaría agradecer la labor de Daniel López Velasco, Bernardo Canal, Manolo Montero, Alfonso Pérez del Barco, Juan Matute, Luis Frechilla, …. Tampoco quiero olvidarme de colegas que de forma generosa nos han permitido entrar en el corazón de sus espacios naturales más queridos y guiarnos en ellos: Gracias a Alejandro Jimenez, José Ortiz, Jaime Blasco, …..

COMO LO HAGO
Cuando le preguntas a un fotógrafo sobre cuál es la clave en la fotografía de la naturaleza, en
seguida contesta que la luz. La luz, bendita luz, diría yo. Saber aprovechar la luz, en sentido
amplio, marca la diferencia entre una buena fotografía y una obra de arte.
Pero además de los factores “externos”, tales como equipo o las condiciones ambientales, a mi
juicio el fotógrafo de la naturaleza debe ser paciente. Si no tenemos buenas dosis de paciencia y
perseverancia difícilmente podremos lograr esa fotografía que desde el primer momento sabes
que es diferente.
Bien sea utilizando estructuras de aguardo (hides), caminando o recorriendo un pista con un
vehículo, resulta fundamental saber interpretar el comportamiento de los animales. Y ese
conocimiento sólo se adquiere con años de experiencia, es decir, no se aprende leyendo libros.
Un fotógrafo con años de experiencia “campera” sabrá hasta dónde puede llegar sin molestar o
cuál es el mejor momento para tomar una foto.